Seguramente alguna vez te detuviste a leer un diccionario
buscando alguna palabra que desconocías. Y si no lo has hecho, pues deberías,
porque nadie conoce absolutamente todas las palabras e incluso puede que el
significado de muchas te sorprenda. Y es que el castellano tiene términos que
nos pueden resultar de lo más extraños…
Los idiomas siempre tienen muchas curiosidades y palabras
extrañas que sin embargo son perfectamente válidas…aunque jamás las hayamos escuchado.
Una prueba de ello son las palabras más largas del mundo o aquellas lenguas que
no tienen más de 10 hablantes.
Lógicamente, el castellano no es ninguna excepción, y mucho
menos si pensamos en las variantes que surgen al ser un idioma que se habla en
más de 30 países, tiene más de 528 millones de hablantes y cuenta con cerca de
88.000 palabras. Tantas que es hasta normal que muchas de ellas podamos
definirlas como… surrealistas. Y ya que seguramente nadie las pronuncie en una
conversación contigo, ni es probable que llegues a leerlas en ningún libro,
encontrarás aquí un listado que recopila las más raras. Aquellas que te harán
pensar en qué demonios estaba pensando quien las inventó (o qué estaba
tomando…).
Abuhado
Dícese de aquellas personas cuya apariencia se asemeja a la
de un búho u otra ave rapaz nocturna. No te preocupes, es broma (de las malas).
El término abuhado se utiliza para referirse a lo “hinchado o abotagado”.
Ejemplo: ¿No crees que Borja está un poco más abuhado que la
última vez?
Acmé
No, no es que la RAE haya admitido a la marca de explosivos
favorita del coyote dentro de nuestro diccionario. La palabra existe, pero con
un significado bien distinto: “momento más agudo de una enfermedad”. Aunque pensándolo
bien preferimos la versión del correcaminos.
Ejemplo: Tras varios intentos fallidos de atrapar al
correcaminos, el coyote se encuentra en el acmé de su depresión.
Amover
Otra palabra que parece más bien dicha por nuestro vecino el
del pueblo. Pero no, está palabra existe y significa nada más ni nada menos que
“destituir, deponer a alguien de su empleo o destino”.
Ejemplo: en este país es tarea harto difícil amover a los
poderosos de sus asientos.
Barbián
Este vocablo, más propio de una barbería o de un estilo de
barba, se utiliza para referirnos a alguien como “desenvuelto, gallardo, de
carácter jovial”. Todo un piropo sin duda.
Ejemplo: Que joven tan apuesto y barbián.
Haiga
Que no oiga. Este curioso término sirve para designar
aquellos coches de gran tamaño y carácter ostentoso. Como una limusina o un
‘batmóvil’.
Ejemplo: Menudo haiga que se ha comprado Carlos. Va a ser la
envidia de todo el vecindario.
Jipiar
No, no tiene nada que ver con el movimiento hippie. Por el
contrario, esta curiosa palabra significa “hipar, gemir, gimotear. Cantar con
voz semejante a un gemido”. Sí, a nosotros también nos ha sorprendido la última
acepción.
Ejemplo: Pero qué bien jipía Susana en el ‘Singstar’.
Mamporrero
Esto… Como decirlo sin que suene mal… Bueno, mejor damos la
definición que nos ofrece la RAE: Hombre que dirige el miembro del caballo en
el acto de la generación. A buen entendedor pocas palabras bastan…
Ejemplo: Luis fue contratado como mamporrero para “ayudar” a
los caballos del establo de su tío.
Murciégalo
Cuantas veces nos hemos reído de aquellos a los que les
hemos oído pronunciar esta palabra. Pues va a ser que estábamos equivocados.
Porque murciégalo es la forma original de la palabra murciélago. Aunque tampoco
hace falta que les digamos que tenían razón…
Ejemplo (un clásico): Que sí, que te lo digo yo, que se dice
murciégalo.
Orate
Otra más que parece sacada de una novela de ciencia ficción.
Pero no. Se utiliza para referirse a una “persona que ha perdido el juicio”.
Como la persona que la inventó, más o menos.
Ejemplo: – ¡Ayuda! ¡Un orate me ataca! – ¿Un qué?
Sapenco
Aunque suene a insulto o a palabra despectiva (por su
parecido con zopenco), lo cierto es que nada podría estar más alejado de la
realidad. Este vocablo no significa otra cosa que “caracol terrestre con rayas
pardas transversales, que alcanza una pulgada de longitud y es muy común en la
Europa meridional”. Ahí es nada.
Ejemplo: ¿Qué por qué no lo llamo simplemente caracol? Pues
porque estoy aburrido, no tengo nada más que hacer y aún quedan 4 horas para la
cena.
Uebos
Tal que así, sin hache y con “b”. Esta palabra, que si la
escribiera algún amigo no dudaríamos en criticarle hasta que el mundo dejara de
ser mundo, se trata de un arcaísmo que significa “necesidad” o “cosa
necesaria”.
Ejemplo: tengo unos uebos de gran importancia.
Vagido
En un principio podría parecer que esta palabra se asemeja a
“valido”. Bueno, y en cierta forma lo es; porque este curioso término hace
referencia al “gemido o llanto de un recién nacido”. Pero tal vez sea mejor que
no habléis a vuestros amigos sobre los vagidos que da vuestro hijo o hermanito
pequeño.
Ejemplo: el niño les despertaba todas las noches con sus
insufribles vagidos.
Burdégano
¿Que qué significa? Nada menos que ‘animal resultante del
cruzamiento entre caballo y asna’ (algún nombre tenía que recibir el
“animalico”). Pero sin duda lo que más nos gusta es cómo suena. Altisonante
cuando menos.
Ejemplo: ¡Menudo burdégano estás hecho!
Vituperio
Este palabrejo significa ni más ni menos que insulto,
calumnia, infamia o la circunstancia que provoca éstas. Cierto, podrías
utilizar ‘insulto’ y quedarte más a gusto que un cochino en su cochiquera; pero
‘vituperio’ tiene un no sé qué que qué sé yo de lo más molón.
Ejemplo: ¡Pardiez! Ese vituperio señor mío no puede quedar
sin respuesta. ¡Le desafío a un duelo! ¡Espadas al amanecer!